domingo, 10 de junio de 2007

Anécdotas del pasado

Charlando con mi familia sobre cómo es que el conocimiento, las vivencias, la cultura, se van transmitiendo de generación en generación, y de cuántas de esas cosas quedan en el olvido, es que me enteré por mi padre, de una anécdota que nunca me habían contado.

La anécdota es muy corta y simple, y al mismo tiempo graciosa. Resulta que allá en el norte de Italia, en la época en la que recién aparecía la luz eléctrica en los hogares, mi tatarabuelo cada vez que quería apagar la luz, se sacaba el sombrero y lo batía en el aire como queriendo soplar la llama de una vela inexistente. Por supuesto, toda la familia se reía a carcajadas cada vez que él lo hacía, pero él se volvía a poner su sombrero y se iba murmurando en lo bajo...

Debo decir que al escuchar esta anécdota, yo también me reí mucho. ¿Puede ser que a los 30 años recién me entere de estas cosas? Es decir, esto da cuenta de que a medida que transcurre el tiempo es menos probable que algo que sucedió hace 3 generaciones o más vaya a subsistir en la memoria de alguien. ¡Qué desperdicio!

Yo mismo me voy a encargar de contarle esa historia, y todas las que recuerde, a mis hijos cuando los tenga. Y también intentaré que ellos las sigan transmitiendo, para que al menos, ese pedacito de la historia que es de la familia, subsista.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pareción muy bueno el artículo. No solo creo que esas historias son muy lindas de escuchar sino que también hacen a quiénes somos nosotros ya que forman parte de nuestra propia prehistoria.